jueves, 30 de mayo de 2013

Bodas que unen

Hace unos meses nos enteramos que uno de los mejores amigos de Alberto (mi otra parte de la parte contratante) se casaba. David y Katie son de Londres pero son unos enamorados de España y decidieron trasladar a toooodos los invitados (menos Alberto y yo) a Alicante para celebrar su boda.

Aproximadamente al mismo tiempo, en Vitamina D* se lanzó un concurso tentador en el que regalaba las invitaciones de boda a una pareja que se casara en España este año. Aunque me daba mucha rabia que no fuera para mi boda, me lancé como una loba a participar en él.

                                                     ¡Resulta que me tocó el premio gordo!


Me puse en contacto con Sonia de Vitamina D* en seguida y con Katie y David que al mismo tiempo se pusieron en contacto entre ellos. Tras un despropósito de correos cruzados en inglés y español incluyendo al Señor Traductor de Google (ahora ya, muy amigo de Katie) más o menos pensamos una idea para las tarjetas.

Sonia nos envió en nada de tiempo sus sugerencias y tras atender de la forma más paciente algunos cambios que pedían, diseñó las tarjetas que David y Katie soñaban:


Como cuenta Sonia en su post, las tarjetas han viajado mucho, mucho. De Yecla a Alicante, de Alicante a Londres y de Londres vuelta a Alicante (bueno, este último viaje fue solo para la mía), Afganistán,...

Katie y David son dos personas especiales, su sentido del humor, su educación (educación inglesa, claro), todo. Son una pasada de pareja. Una de las cosas que más cariño de ellos me da es que desde que los conocí me llaman Little Rose (ya sabéis que la family y amigos me llaman Roseta). Así que esperaba mi tarjeta con un gran “Alberto & Little Rose” en ella y resulta que no lo rellenaron ellos y en mi tarjeta pone Rossa (¿Y esa quién es, será posible?). Tras tenerlos castigados cara la pared un rato, se me pasó el cabreo.


Un tiempo después, SuperYuppies daba una charla en Camon y quedé con Sonia de Vitamina D*, que después de tanto mensaje por correo, tocaba conocernos personalmente y ese era un momento perfecto para coincidir.

Yo sé que era un premio que me tocó, pero tanto David, Katie y yo quedamos tan encantados con el trabajo que hizo y con la forma en la que nos trató que se me ocurrió hacerle a cambio, por agradecer el esfuerzo, un detalle. Es que si os fijáis, no es solo una tarjeta lo que ha hecho; ¡es la tarjeta, la carpeta y la etiqueta!. ¿Cómo no iba a estar agradecida por eso?.

Me puse en contacto con Atutichapas y le hicimos una chapa y un abre-botellas para la nevera con su logo que quedó así:

La historia por parte de Vitamina D* es ésta.

Después de todo, seguimos sin conocernos personalmente, pero queda prometido un café entre Vitamina D*, Atutichapas y CosintCosetes. ¡sin falta!.

sábado, 25 de mayo de 2013

Los primeros dibujos...


Dos entradas en una misma semana, ¿me he vuelto loca?.......Yes! 

La idea de hacer tapas con tornillos de encuadernación para los primeros dibujos partió una tarde en casa con mi tía Lolín y mi prima Verónica en la que mi tía nos comentaba las ganas que tenía que Júlia (de sobra ya conocida mi sobri) se hiciera mayor para empezar con ella a pintar, sellar, troquelar, etc. Hablábamos que sería chulo un cuaderno en el que poder archivar los primeros dibujos que generalmente y unos años después, estudiados a fondo, te mueres de la risa.

Aprovechando que su segundo cumpleaños se acercaba, le hice un cuaderno y un porta-retratos.


A partir de éste, han salido otros muchos cuadernos para los primeros dibujos. Los que os enseño a continuación tienen un significado muy especial para mi, cada uno por su particular historia.

Los cuadernos de los primeros dibujos de Sergio y Richart fueron una risa porque las respectivas tías dieron por hecho que sus sobrinos tenían que tener uno sin falta.


El cuaderno de los dibujos de Marta es especial porque Marta es una niña encantadora que perdió hace poco a su madre y como Mónica tiene un corazón que no le cabe en el pecho, quiso hacerle un kit de la artista para paliar un poco su pena que incluía las tapas de los Dibujos de Marta, un cuaderno de pintura y un conjunto de acuarelas.

Mapi me pidió un cuaderno para su hija Irene. ¿Por qué es tan especial para mi? Porque hace unos días recibí un video donde se veían las tapas de Els primers dibuixets de Irene lleeeeenas de dibujos y una foto con la artista dibujando con su bata, sus pinceles y sus pinturas. ¿Encantada yo? NO, encantadísima, la baba por los suelos.


Los dos últimos que os enseño son para el primo de Irene, Tristan y la hermanita de Irene que está a punto de venir y que, casi casi soy la primera en saber su nombre, Miriam.




Las tapas son bonitas, pero sinceramente, verlas con todos los dibujos de Irene en su interior me ha hecho pensar que son el recipiente donde guardar los sueños y la parte más bonita de los niños, su imaginación.


martes, 21 de mayo de 2013

El día de la madre


El pasado diciembre, recibí un correo de mi amiga Paz con esta foto y me pedía ideas para conservar y hacer más especiales estos trabajos de su madre.


La familia de Paz me encanta. Desde su abuela, su madre, ella, su hermana y además, su cuñada son personas que les encanta y se les da bien dibujar, pintar, coser, ¡todo!. No me podía perder ver esos trabajos de su madre de cuando iba al cole y posteriormente, cuando empezó magisterio y además, formar parte de un trabajo así.

Todo un reto, que debía quedar elegante y con posibilidad de ampliación por si se encontraban más trabajos.

Después de estudiar varias posibilidades, decidimos coser sobres en los que introducir los trabajos y...las risas que nos echamos las dos para adivinar qué parte era el anverso y qué parte era el reverso de los trabajos. Después de muchas vueltas al asunto, nos la jugamos a una sola carta: la firma de la profesora tenía que estar en la dirección correcta y así los ordenamos, ¡menos...uno!. Guadalupe lo vio nada más pasar la hoja, pero...Guadalupe, no se puede coser tan bien por delante y por detrás, ¡¡¡no podíamos distinguir!!!




Quedó un álbum elegante, junto con su caja, para conservar esos trabajos que tan bien hechos están y son tan únicos.