Las horas vuelan

¿Qué ocurre cuanto te juntas con un grupo de chicas con muuuuuucha imaginación, ganas de pasarlo bien, divertirse y aprender un nuevo hobby?

Fácil, que te preparas un taller sencillo que, entre bromas, cachondeo y menú chino-italiano se convierte en un taller de tooooodo el día!

El sábado llegué con mi hermana Irene cargada con todo el material paraa hacer un taller en casa de Mónica. Ella nos esperaba en su casa con ésta mesa preparada:

Y del horno salía un olorcillo a trenza de chocolate que Irene y yo empezamos a babear ¡en el rellano!.

Poco a poco llegaron todas y después de hacer un gran esfuerzo por dejar de comer galletas caseras, golosinas, bocadillos, lacasitos (¡toma batiburrillo!) nos pusimos a hacer un álbum de scrapbook muy veraniego. Con los papeles de la colección Splash!

Una de las cosas que más me gustó fue la atención y a cada explicación se oía:

¡¡¡¡WOOOOOOOWWWW!!!!

Cada una tenía su punto fuerte que fue descubriendo a lo largo del día:
Carol era una bala quitando cinta de doble cara con las pinzas.

Las dos María trabajaban como hormiguitas, calladitas y muuuuuuy bien, cada detalle que pensaban para su álbum era único.

Irene y Merce se lo montaron muy bien. Ellas fueron las especialistas en transformar todo al álbum a su "imagen y semejanza". Lo que yo decía estaba bien, pero al final terminaba su hoja siendo de otra forma muy distinta. Merce hacía ver que se equivocaba (?) o que el papel no le llegaba para poder inventarnos nuevas formas de tapar lo que era un "error" y el arreglo al final, quedaba ¡mejor que el original!. Aunque en el scrapbook no hay errores, como dicen en Pequeñus...¡Yo lo quería así!.

¡¡¡En la foto de la izquierda se ve la trenza de chocolate, mmmmm!!!

Mónica y Verónica, trabajaron como un equipo toda la mañana. Verónica siempre se aseguraba que la orientación de la hoja fuera la correcta y Mónica nos sorprendió a todas con la exactitud al milímetro con la que forraba el cartón con el papel!

Lo mejor de Mónica, sin contar que nos dejó su casa, las ricas galletas, la trenza de chocolate, las golosinas, la manera en la que hizo de unión entre todas, la paliza que se pegó limpiano, su generosidad, etc. lo mejor fue que nos regaló la moraleja del día cuano dijo:

"Chicas, envejecer es bueno"

Y ahí está, envejeciendo, ¡¡¡más bien que nada!!!

Total, un día genial con gente genial, ¿qué más se puede pedir? Así pasaron las horas, que sin darnos cuenta eran las nueve de la noche.

Estas fotos son la primera y la última que se hicieron ese día. La mesa cambió bastante su estado, pero yo me quedo con las sonrisas de todas de la segunda foto!!!.

Cuando tenga tiempo para regalarme una tarde, pondré las fotos al álbum que ya las tengo preparadas y cuelgo el álbum, en el blog.

Un abrazo y buenas noches.