CosintCosetes en la Camon

Después de mucho tiempo de espera, el taller de scrapbook para la Camon llegó. Mandarina Garden me pidió colaborar con ellas en el taller scrapbook que se realizaba en el espacio Camon. Por fin llegó el día, sabiendo que 20 chicas asistirían para aprender este hobbie que tantas mariposillas mueve en mi interior.

Aquí podéis ver el anuncio de la CAMON del taller con la explicación de lo que íbamos a hacer..., con una gran pancarta de COMPLETO.

El álbum que preparé era sencillo, un álbum que permitía aprender algunas de las técnicas del scrap al mismo tiempo que les dejaba libertad para cambiar y personalizar un álbum que estaba hecho para ellas.

Ana y Sara de Mandarina Garden nos contaron que abren terraza con cup cakes de las Manolitas, sí, como lo lees, de las Manolitas. ¿Operación bikini? Por operación bikini no me viene nada. Me pido mesa reservada en el jardín para todo el verano.

Poco a poco empezaron a llegar y se encontraron que habíamos convertido el espacio Camon en algo más parecido al ambiente de talleres de Mandarina Garden, incluso pusimos banderolas.

Las bolsas con los kits estaban preparados para cada una y había macetitas con material (material de destrucción masiva porque puse los punzones y los lápices de punta).

Empezó el taller y el primer día me preguntaron si haríamos parón para café y lo gracioso es que después de los dos días, nadie echó en falta la merienda, estaban tan metidas dentro de sus álbumes que ¡se les olvidó merendar!

Yo, cuando hago scrapbook, tengo dos necesidades muy grandes: redondear puntas y envejecer todo. No sé cómo lo hago que termino transmitiendo esta necesidad en todos los cursos. La conclusión siempre llega a ser que, como dijo Mónica, envejecer es bueno. ¡¿Por qué no?!

 ¿Seriedad? ¿Concentración? Concentración SÍ, pero desde luego, seriedad ¡NO!. Me encontré con un grupo de chicas con ganas de aprender, muy, muy, muy creativas y sobre todo, con ganas de pasarlo bien y reír. Pero cual fue mi sorpresa que cuando terminó el curso, sin darme cuenta, estaba todo recogido, ¡¡¡habían doblado hasta los manteles!!!

Me encantó ese momento de recoger en el que todavía había dos o tres que buscaban desesperadamente sellos para ultimar los detalles del álbum y se resistían a apartarse de la mesa donde estaban los troqueles, tintas, etc.

Encontré un grupo de personas muy chulo y que hicieron que mi recuerdo del taller sea genial. ¡Gracias chicas por vuestra creatividad!